Ulises alza la mirada hacia lo alto del palo, allá donde el vigía escruta el horizonte. Mira de reojo a Magallanes y a Juan de la Cosa.
—¿Tierra a la vista, Rodrigo?
El de Triana niega con la cabeza y la ansiedad se apodera de toda la tripulación. Si la nave de Erik el Rojo y el capitán Cook les lleva la delantera, ni Cristóbal Colón el genovés podrá obrar la maravilla.
Una carrera contrarreloj, como las compras de Navidad. Si pudiera, me iría con alguno de esos aventureros a descubrir mundo.
Un abrazo.
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Nunca es tarde si la fuga es buena, querido lobo.
Un abrazo.
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