Su cuerpo, adelgazado por la insustancialidad, completó el ascenso por los escalones. Ante él se alzaba una docena de templetes, las casas del Zodiaco.
—Te ha sido concedido un don, caballero —le dijo una voz que procedía de todas ellas—. Dado que no has nacido bajo los auspicios de ninguno de los signos, te ha sido dado elegir el que prefieras: Géminis, el de la dualidad; Libra, el equilibrio…
—!Podéis devolverme a mi mundo o despedazarme en una miriada de soles! ¡Jamás renunciaré a mi albedrío!
Un micro que recuerda que no hay que hacer mucho caso del horóscopo, porque todos somos susceptibles de ser muchas cosas a la vez, y ya no te digo nada de los escritores. Mi mujer es géminis, por cierto.
Un abrazo.
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Seguro que no te aburres en absoluto (¿o ese es otro tópico?).
Un abrazo.
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Hola Pedro , soy Marisa .Gracias por combatir la insustancialidad de esta forma tan original , la defensa de la libertad no hay que traicionarla por nada ni por nadie…Ella suele habitar por debajo del barniz social contemporáneo ,secuestrada :atada de manos y pies, amordazada,drogada …Sin embargo la que todos llevamos en nuestro interior….¿la tratamos como se merece y nos merecemos ?Un saludo.
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En efecto, la libertad (con o sin mayúsculas) ha de empezar por la propia, la interior y personal, y hemos de defenderla contra cualquier intromisión. Esta, la de escribir historias que hacen pensar, es mi forma de luchar. Bienvenida, Marisa.
Un saludo.
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