El niño contempla con embeleso el aleteo silencioso de la delicada mariposa biomecánica. Su padre suspira al pensar que ha merecido la pena gastar una pequeña fortuna por ver esa sonrisa.
Mañana hará frente al desempleo al que lo ha condenado el nuevo androide recepcionista.
Fotografía: lightwise
Pedro de Andrés 
Felicidades, vas a disfrutar mucho de este lugar. Siempre es un placer leerte. Un abrazo.
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Gracias, Zara Rosa. Bienvenida a esta nueva rama.
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Felicidades, compañero. Disfruta mucho.
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Muchas gracias, Marga. Ha sido un largo camino hasta llegar a este nuevo sitio que es, en realidad, para todos vosotros. Disfrutadlo conmigo.
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¿Son buenas las máquinas? Como todo en esta vida, depende del uso que se le den y de su utilidad. Yo me quedo con el divertimento.
Un abrazo.
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Las máquinas sirven a quienes las poseen que, por desdicha, son siempre los mismos… Yo también me quedo con el divertimento. Un abrazo.
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