CANCIÓN DE ACERO Y BARRO

El martillo golpea el yunque con cadencia de penalidad. Atado está el herrero a la fragua del infame. Una vida de esclavo.
Le da su esposa una daga inservible que él, en secreto, transforma en ternura de aleación a fuerza de mazazos. Canto de forja que transforma el arma en espada corta que, oculta entre sus ropas, acompaña y protege a la mujer y su pequeño por los caminos de la fuga.

Han pasado los años y Rapaz se ha convertido en un buen mozo que, de posada en posada, acompaña al laúd los versos de su madre, canción de amor perdido en letras de libertad que llaman a la rebelión.

8 comentarios en “CANCIÓN DE ACERO Y BARRO

  1. Solo supe ver a medias las virtudes de este micro, pero 3,8 ¿recuerdas? ;-)Sin duda disfrutaré mucho con esa otra historia más larga que ya ha empezado a entusiasmarme desde el Tintero.Un beso grande.

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